«Reservorio de semillas Techotiva»

Por: Luis Eduardo Tiboche

 

 

Las semillas son una expresión de la vida. Las semillas que posee la humanidad, actualmente, son el producto de miles de años de trabajo de los agricultores. Las semillas han sido heredadas de generación en generación, de los ancestros a los mayores y de los mayores a sus hijos. Ellas han sido el origen de la biodiversidad, la medicina natural y las ritualidades de los pueblos. La protección y la custodia de esa enorme diversidad de semillas, debe fortalecer los sistemas alimentarios de todas las comunidades del planeta, además de contribuir a enfrentar la crisis climática.

Las semillas caminan en nuestros territorios como parte de las prácticas de la llamada agricultura urbana, desarrollada en los últimos años por campesinos e hijos de campesinos. En la agricultura urbana se han desarrollado ejercicios de adaptación y recuperación de semillas; de investigación sobre su producción en el espacio urbano; además, el desarrollo de estrategias pedagógicas para su reconocimiento y herramientas técnicas (protocolos de producción y selección). Aún quedan retos desde la coordinación de esfuerzos que permitan procesos de soberanía en cada territorio. Este movimiento, aún incipiente en la ciudad, busca oponerse de manera decidida a las reglamentaciones internacionales y nacionales que atentan contra la defensa de las semillas criollas y nativas de las comunidades campesinas, indígenas y afros, así como su lucha por la defensa de territorios libres de semillas transgénicas y en contra de un modelo de producción agropecuario sustentado en un paquete de agrotóxicos, impuesto por las transnacionales, que envenenan la vida en el planeta y con ella la salud de la especie humana.  

Estas prácticas deben ser asumidas por apuestas políticas fundamentadas en torno a la soberanía alimentaria, como el derecho que tenemos los pueblos a decidir sobre la producción y la alimentación. Esta postura política nos pone del lado de quienes luchan por proteger la vida y en contra de las multinacionales y el capital que busca convertir cada cosa que toca en una vil mercancía. 

Principios en la defensa de las semillas nativas y criollas en los territorios: 

La lucha cultural, es decir, la política por la defensa de las semillas y la cultura de las comunidades y contra el modelo capitalista, la asumimos y sintetizamos en los siguientes postulados, los cuales guían el accionar de diferentes comunidades, grupos y colectivos en la ciudad, la región y el país:

  • Las semillas son patrimonio de los pueblos al servicio de la humanidad y en defensa de la vida.
  • Las comunidades deben gozar del derecho a circular libremente las semillas en sus prácticas alimentarias y de economías propias. Además, del derecho a manejar autónomamente las semillas, es decir, el mejoramiento, propagación y producción de las mismas, derecho que debe ser garantizado por el Estado.
  • Rechazamos y nos negamos a reconocer el control corporativo que el Estado pretende hacer sobre las semillas, a través de las normas y leyes que para el tema ha elaborado, ya que las mismas obedecen a dictados e intereses de empresas transnacionales, a través de los TLC.
  • Frenar el ataque y la contaminación a la biodiversidad del país y por ende a la cultura de las comunidades, de los pueblos originarios, campesinos, negros y la agricultura familiar. Para esto, exigimos información clara de parte del Estado sobre la entrada de semillas y alimentos transgénicos.
  • Derecho a conocer el contenido, origen y características específicas de los productos que se ofrecen al consumo cotidiano y que provienen de producciones transgénicas.  El consumo debe ser un campo de lucha a transformar en la defensa de la vida y los territorios.

Algunas tareas desde el Territorio Techotiva:

Desde los llamados ejercicios de agricultura urbana, es urgente entender la tarea de transformar estas acciones hacia ejercicios agroecológicos que implican contribuir en la transformación de los escenarios ecosistémicos, fortalecer la biodiversidad, es decir proteger el territorio. 

Desde la articulación de los grupos y colectivos de agricultores se debe profundizar en la producción de semillas propias y nativas, a partir del trueque, intercambio o préstamo de las mismas. Avanzar hacia la autonomía, además de exigir a la institución y a sus diversos operadores que no les compren semillas a las casas de semillas comerciales. 

Desarrollar una campaña sistemática en torno a los consumos y exigirle a los productores y al Estado información clara y precisa sobre los productos transgénicos y la incidencia que los mismos tienen en la salud de los consumidores. Debemos declararnos como territorios libres de transgénicos. 

Entender que las semillas son vida y una herramienta política de autonomía de las comunidades.

El Reservorio de Semillas del Territorio Techotiva es una expresión de la soberanía alimentaria en el SUR – Cuenca Tunjuelo.

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