El reciclaje consiste en la recuperación de recursos sólidos, entre las mal llamadas basuras, que son todos los desechos que se producen en los hogares y que son dispuestos, la mayoría de las veces, sin ningún tipo de separación o selección previa.
Del reciclaje es de donde obtienen los recicladores su mínimo vital. Según la Asociación Nacional de Recicladores, hay alrededor de treinta mil recicladores en todo el país. De los cuales veinte mil trabajan en Bogotá. Cinco mil de estos últimos tienen más de 70 años. No hay un cálculo sobre el número de recicladores de oficio informales, lo que sí es posible afirmar es que están en condiciones de precariedad, aún peores que las de los asociados formalizados
Un reciclador de oficio no gana más del equivalente al 30% del salario mínimo, en condiciones normales. Hay muchos fenómenos que afectan la consecución de recursos económicos. Uno de ellos es la variación de precios al momento de vender el material recogido, seleccionado y transportado en recorridos extensos, que pueden superar hasta los 15 kilómetros y durar cerca de dos días. Este material es vendido en las bodegas o chatarrerías, que técnicamente deben ser llamadas ECAS (Estaciones de clasificación y aprovechamiento). El reciclador de oficio sabe que para que le compren debe llevar el material limpio, seco y seleccionado. Con estas condiciones el material es comprado de acuerdo al precio del mercado a nivel nacional y con los ajustes de precios que el bodeguero crea necesarios para el sostenimiento de su bodega, después de contemplar lo anterior le paga al reciclador.
Adicional al valor que los recicladores reciben de la venta del material, para aquellos que están debidamente organizados existe la posibilidad de acceder a tarifa de aprovechamiento, dado el servicio público que prestan y que los ciudadanos pagan en sus cuentas de servicios públicos. El acceso a esta tarifa está regulado por el Decreto 596 del 2016 que plantea todo lo relativo al esquema de la actividad de aprovechamiento del servicio público de aseo y el régimen transitorio para la formalización de los recicladores de oficio, y se dictan otras disposiciones.
Desde el año 1994 se ha hecho evidente el interés del Gobierno por impedir el acceso a la basura y por privatizar el Servicio Público de Aseo, pero es hasta el año 2003 que esta situación se presenta con más fuerza y toma un giro inesperado, cuando en el proceso de concesión del servicio de aseo de Bogotá, la ANR y la ARB demandan a la entidad pública a cargo de la licitación por violación de sus derechos fundamentales a la igualdad y a la participación. En la tutela T 724 del 2003, la Corte Constitucional falla a favor de los recicladores y ordena a la administración pública la repetición de la licitación y la modificación de la normativa del servicio de aseo, todo lo anterior con el fin de generar espacios de participación que disminuyeran las condiciones de desigualdad de los recicladores como población vulnerable.
Los derechos que han alcanzado los recicladores de oficio en más de 50 años de lucha y de agremiación han sido:
-Derecho a un mínimo vital.
-Derecho al reconocimiento como prestadores del servicio público de aprovechamiento.
-Derecho a una retribución económica por tarifa de aprovechamiento de residuos.
-Derecho a estar en las calles, recoger las bolsas de reciclaje y esculcar en las canecas.
-Derecho a ser un gremio de especial protección por parte del Estado.
-Derecho a estar en las mesas de concertación, cuando se toman decisiones que tienen que ver con la disposición de residuos.
-Derecho a la libre competencia entre los recicladores de oficio, en lo que respecta al manejo del servicio de aseo, en el componente de aprovechamiento.
-Derecho a ser prestadores en toda la ciudad de Bogotá, sin exclusiones, ni sectores restringidos.
-Derecho a recorrer sus rutas históricas.
-Derecho a la movilización y la protesta.
-Derecho a conmemorar el día del reciclador, el 1 de marzo.
Si queremos dignificar y mejorar la vida de los recicladores de oficio, debemos establecer lazos estrechos con ellos y comenzar a trabajar de la mano, reconociendo la importante labor que cumplen en pro de nuestra vida y la del planeta. Por eso sigue los siguientes pasos:
1. Conoce al reciclador de tu barrio, seguramente has tenido la oportunidad de verlo, pero no le has puesto la suficiente atención. Desde ahora debes estar mucho más atento de aquellas persona (s) que pasan constantemente a recoger los residuos que se disponen en tu cuadra. Hazte su amigo, para que puedan comenzar a ayudarse mutuamente.
2. Puedes preguntarle su nombre y datos de contacto, para que coordinen los días y las horas en las que recogerá el material, que previamente debiste haber separado.
3. Con esta pequeña acción estás dignificando su oficio, evitándole perder tiempo de revisión en las demás bolsas que deben contener únicamente residuos no aprovechables y él también va a entender que es valioso para la comunidad.
4. Sensibiliza a tus vecinos para que hagan lo mismo, de esta manera el reciclador rápidamente pasará por tu cuadra y podrá obtener su material de una manera mucho más sencilla y en menos tiempo.
5. Dialoga con tus vecinos sobre la mejor manera en la que pueden disponer sus residuos, ya sea que vivan en un barrio o en una unidad residencial. Definan un punto de acopio, identifiquen si es necesario utilizar algún tipo de señalización o contenedor.
6. Propicia un encuentro entre el reciclador de oficio y la comunidad, para que pueda brindarles una charla informativa que les permita conocer la manera como deben entregar el material y para que resuelvan dudas sobre cómo deben realizar la separación en la fuente.
Recuerda que: ¡Las pequeñas acciones generan grandes cambios!
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